Siempre se dijo que Buda hablaba mucho. Hablaba permanentemente, mañana, tarde y noche. Moviéndose o sentado. En cuanto lugar visitaba, siempre hablaba.
Sin embargo, un día Sariputta le preguntó: ¿Por qué eres tan callado? ¿Por qué no nos hablas?
Buda asintió sonriendo y le dio la razón.
Buda hablaba mucho, pero lo que Sariputta dijo era muy cierto. Las palabras de Buda estaban en la superficie, pero en lo profundo de su ser, Buda siempre estaba en silencio.
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