La verdadera guía no es como un caballo tirando de un carro, sino como las nubes dejándose llevar por el viento.
Es de vital importancia, para quien esté buscando saciar inquietudes, conocer sin juzgar. Y muy relevante es que no uso la palabra prejuzgar, sino solo “juzgar”. La diferencia es que puede que uno no prejuzgue, es decir que no opine antes de la lectura. Puede también que juzgue luego de la lectura, cosa que socialmente suele ser vista como correcta, pero aún así sigue siendo negativo. No debe haber juicio en absoluto. Si no te sirve, bien. Abandónalo y busca otra cosa. No hay receta universal. No es cierto que esta sea la única vía o la única verdad.
Es bueno tener la capacidad de comprender que no podemos juzgar algo que leímos por un simple motivo: leer no es conocer. Generalmente se dice que quien lee mucho tiene mucho conocimiento. Es cierto, aunque incompleto. Quien solo lee tiene mucho conocimiento, pero la verdad es que no conoce. Solo conoce el que experimenta, el que habla de sus vivencias personales, y no de algo que leyó por allí en alguna revista o libro.
Por eso invito a quien llegue a este rincón a experimentar plenamente. No importa qué, cualquier acción que realice, ya sea regar las plantas, componer una poesía o pintar un cuadro. Si logras ser la experiencia misma, entonces comprenderás y conocerás realmente.
© Adrián Blanco 2005 - Prohibida la reproducción total o parcial de texto y/o imágenes sin consentimiento explícito por escrito del autor.